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Sinaloa y su prueba de fuego

Deadline

Por Víctor Hugo Arteaga

El domingo tomó posesión como Gobernador Constitucional de Sinaloa Rubén Rocha Moya, en medio de serias observaciones por cómo suele sacar provecho a sus encargos públicos y sin ser un funcionario al que le agrade mucho la transparencia.

El gobierno de Sinaloa los siguientes seis años será una lucha, en apariencia, según las agencias de seguridad de los Estados Unidos, por determinar la soberanía de ese hermoso estado, ya que se pelea por quién mandará realmente: si el Gobierno o los narcotraficantes.

De antemano creemos que esa lucha por la soberanía de Sinaloa se encuentra perdida hace décadas y en esta ocasión no será la excepción, pues como todos los aspirantes de Gobernador, el de Badiraguato Rubén Rocha Moya, tuvo que asistir por los rumbos de Cosalá para acordar con el Jefe Mayor y que éste le diera la bendición en sus aspiraciones.

Dicho por un congresista de la anterior legislatura federal, el año pasado en una reunión a la que asistieron todos, absolutamente todos los candidatos aspiracionistas, tuvieron que tocar base para negociar las condiciones en las que se operaría el proceso electoral de este año.

Si las acciones y actitudes del Presidente Andrés Manuel López Obrador fueran distintas, pensaría que son sólo versiones o leyendas las que rodean a los actuales gobernantes de Sinaloa.

Pero cuando la comunicación del Presidente es franca y abierta con los más altos círculos del narcotráfico en México, se vuelven creíbles las versiones de los políticos sinaloenses que hablan de la íntima relación de su clase, con la emergente clase narcopolítica.

Y para prueba bastan estos botones: el saludo a la mamá del “Chapo” Guzmán. La convivencia con los hermanos del mismo. La promesa de ayudar a la Señora Loera para que, desde la estructura del gobierno mexicano, se buscará que ella pueda tener mayores opciones para ver a su hijo sentenciado en Estados Unidos.

Ya no digamos “El Culiacanazo” cuando el Presidente otorgó un perdón de facto a Ovidio Guzmán y, cómo él mismo lo presume, dio la orden de soltarlo, pretextando el evitar una tragedia con dimensiones que sólo él conoce.

Por esos ejemplos y por una reunión días antes de la elección, cuando el Presidente y el hoy Gobernador acudieron a “supervisar obras” en Badiraguato, en total secreto y blindado el municipio hasta los dientes, es que se infiere que desde el más alto nivel de la Presidencia se coordinará una estrategia de trabajo entre ambas instituciones.

Rocha Moya es desde ya sujeto de interés para las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, sino varios alcaldes morenistas a los que se les siguen los pasos muy de cerca.

Después del operativo del 4, 5 y 6 de junio, en el que se habla de más de 2500 personas privadas de su libertad, por parte de la delincuencia organizada, para evitar que los operadores contrarios a Morena en Sinaloa pudieran operar en la elección, no quedan muchas dudas acerca de lo que se vivió en esos tres días.

Resultado? Una abrumadora victoria de Morena en 17 de los 18 municipios y los 7 distritos para las diputaciones federales.

En su discurso de toma de posesión Rocha Moya de plano dijo, sin decirlo, que no le buscará nada, pero nadita, a su antecesor Quirino Ordaz Coppel, al que casi casi le dijo Su Excelentísimo Embajador y a sus Senadores y Congresistas les ordenó votar por él cuando el Tlatoani Mayor mande su propuesta.

De plano otra vez Rocha Moya se asumió como el empleado que siempre ha sido del poder económico en Sinaloa y anunció a voz abierta el blindaje contra su anterior patrón Quirino.

Especial cuidado deberá tener Rubén Rocha Moya sobre el alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros, a quienes muchos especialistas en seguridad nacional le observan y siguen las pistas.

Para nadie es un secreto que Vargas Landeros no es del agrado de los morenistas, pues es justamente y representa todo lo contrario a la filosofía de ese partido.

Cómo estará la cosa, que aún sabiendo quién es Gerardo Vargas, quien nunca fue palomeado desde Palacio Nacional y la sede de Morena, aún así Rocha Moya tuvo que aceptarlo y todos los morenistas de Ahome ceder porque más vale tenerlo cerquita, con todo y sus buenas o malas relaciones, que correr el riesgo de dejarlo operar en su contra.

Se le desea todo el éxito del mundo a Rocha Moya, a quien los años deberían darle sabiduría y temperancia, para conducir un estado que pelea por su soberanía. De él depende que la gente realmente tengan nuevas oportunidades o sigan secuestrados del narco, a quien finalmente, tienen que pedirle permiso para gobernar.