- López Obrador ha gastado en sus “verbenas” tanto como Enrique Peña en sus galas tras la ceremonia, manteniéndose este evento como un ardid para la autocomplacencia del poder.
CIUDAD DE MÉXICO.– Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha impreso a sus cenas de la noche del “Grito” un sello de verbena, ha gastado en promedio una cifra muy aproximada a la que erogó el presidente Enrique Peña Nieto en su “galas mexicanas” de 2013 y 2014 para agasajar a sus invitados: entre 13 y 18 millones de pesos.
De acuerdo con datos de transparencia, el presidente López Obrador gastó en su primera noche de Grito, en 2019, 13.5 millones de pesos.
El presidente optó por una “verbena”, vocablo que tradicionalmente alude a una “fiesta popular” que se celebra al aire libre y en la noche, con frecuencia en noches veraniegas. Sólo que en este caso, la pachanga transcurrió en uno de los patios de Palacio Nacional, no en los salones.
El gasto se dividió en dos partes. El display para la “noche mexicana” con la cena para los invitados costó 4 millones, y los escenarios e iluminación 9.5 millones de pesos.
Para 2020, AMLO erogó 14 millones 617 mil pesos en la misma celebración. En ambos casos, la proveedora fue Yasmín Adriana Bolaños López.
La noche del 15 de septiembre de 2013, Enrique Peña Nieto gastó 17 millones 422 mil 783 pesos con 4 centavos, más IVA. El concepto: “Servicio integral para la organización del evento Conmemoración del Grito de Independencia de México”. El presidente Enrique Peña Nieto asignó ese contrato (AD-062-056-13) a la empresa Actidea S.A. de C.V., una de las consentidas del sexenio.
En 2014, la celebración peñista alcanzó 18 millones 996 mil pesos, bajo concepto semejante.
Las noches mexicanas del expresidente Felipe Calderón salían más baratas. Contrató a Landucci S.A. de C.V. en sus dos últimas ceremonias (2011, 2012), y esta empresa le cobró 12 millones 65 mil pesos y 13 millones 790 mil pesos –más IVA– respectivamente.
Cómo se puede ver en los últimos sexenios, desde 2011 a la fecha, la conmemoración del Grito de Independencia, ha sido un ardid para la autocomplacencia del poder.
Información de EMEEQUIS/Esteban David Rodríguez