- El Gobierno ha continuado con prácticas de militarización y represión hacia las personas migrantes, lo que ha derivado en múltiples violaciones a los derechos humanos.
CIUDAD DE MÉXICO.- En el marco del Encuentro Nacional de coordinadores diocesanos de pastoral de Movilidad Humana y de directores de Casas del Migrante de la Dimensión Pastoral de Movilidad humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los representantes de estos órganos eclesiásticos de ayuda humanitaria señalaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno de México, su preocupación por la situación migratoria que se vive actualmente en el país.
Los directores y directoras de Casas del Migrante de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana, señalaron las problemáticas que enfrentan las personas en contexto de migración en México: migrantes en tránsito, o que son víctimas de desplazamiento forzado interno, personas solicitantes del reconocimiento de la condición de refugiado, retornados bajo el Titulo 42 v el fenómeno del alto número de personas mexicanas deportadas desde los Estados Unidos.
Señalaron que la actual política migratoria del Gobierno de México ha recrudecido sus acciones de contención a los flujos migratorios, y se aleja cada vez más de una visión humanitaria para la atención integral de las personas en contexto de migración, lo que ha derivado en violaciones a los derechos humanos de estas personas: secuestros, desapariciones forzadas, homicidios, detenciones ilegales, hacinamientos, por mencionar algunos.
Consideraron que el Gobierno de México ha evadido su responsabilidad de proteger y garantizar el ejercicio de los derechos humanos de las personas en situación de vulnerabilidad, como lo son las personas migrantes.
Lamentaron que el Gobierno de México ha delegado a las Casas del Migrante de la Iglesia Católica, de otras Iglesias y de la sociedad civil en general, la responsabilidad de atender a las personas en contexto de migración, y ha sido omiso en cumplir con el mandato de promover y defender los derechos humanos de todas las personas, sin importar su nacionalidad, credo religioso, o situación migratoria, establecido en el artículo primero de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Vemos con preocupación, dijeron, que pese a los exhortos que ha realizado la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana, junto con las múltiples denuncias que desde la academia y de la sociedad civil en general, el Gobierno de México ha continuado con prácticas de militarización y represión hacia las personas migrantes, lo que ha derivado en múltiples violaciones a los derechos humanos.
El episcopado insiste en establecer otras alternativas a la detención y a la regularización migratoria, para encontrar caminos más humanos y sin violencia a través del cual puedan transitar las personas migrantes.
Por tal razón, hicieron un respetuoso pero enérgico llamado al Gobierno de México, para que su política migratoria abandone la represión hacia las personas migrantes, y cumpla con la encomienda constitucional de hacer efectivos los derechos humanos de todas y todos.
Consideraron que existen caminos más fraternos para la movilidad humana en general, por ello, “seguirán extendiendo su mano al Gobierno de México, siempre en beneficio de las personas migrantes y de las personas mexicanas, sabedores de que creemos en un mundo en el cual somos hermanas y hermanos, hijas e hijos de un mismo Dios, sin fronteras, prejuicios, odios o xenofobia”.